Hay angeles caminando entre nosotros, pero solo muestran su faz, sin permitir acercarnos a ellos, tocarlos, acariciarlos, abrazarlos, y casi siempre sin poder hablarles.
Hay angeles caminando entre nosotros, pero solo muestran su faz, sin permitir acercarnos a ellos, tocarlos, acariciarlos, abrazarlos, y casi siempre sin poder hablarles.
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