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Happy 'n' hard

El ciclo de la vida

Aunque soy mallorquin de nacimiento, mis raices nada tienen que ver con esta tierra. No tengo arraigos en ningun sitio, ya que como mucha gente en su epoca mis padres emigraron de sus tierras por ser estas pobres. Mi padre es de un pueblecito de Cordoba, llamado Fuente Palmera, y mi madre de una aldea de Salamanca. Mis abuelos, ellos si que tenian arraigo, gente de la tierra que habia emparentado con otras familias del propio pueblo y de los cercanos. Mi abuelo por parte de padre era lo que se llamaria ahora un transportista. Llevaba un carro en el que cargaba las cosas del señor de las tierras que cuidaba. Su mujer, mi abuela, ama de casa encargada de traer numerosos hijos al mundo para asi poder ayudar a salir adelante. Cosas de un tiempo no tan lejano, y de una tierra igual de pobre que hoy en dia. Por parte de mi madre, mi abuelo era el secretario del ayuntamiento de una pedania de Salamanca. Segun dicen un hombre humilde, justo, y quizas y durante esa epoca demasiado altruista, ya que no siempre cobraba los impuestos, en cosas como empadronamientos, solicitudes administrativas, y demas a gente que le venia justo el comer, anteponiendo su propio bienestar al de sus conciudadanos. Su mujer, Una señora de las de antaño, de las del campo, con caracter, pero ambos con un corazon inmenso.

Casi todo lo que se de ellos es porque me lo han explicado mis padres, mi abuelo el secretario murio antes de que yo naciera. Mis abuelos paternos cuando yo contaba 4 o 5 años, y mi abuela materna cuando apenas tenia 10.

A la que mas conoci fue a esta ultima ya que vivia en casa con nosotros. Los demas se establecieron en un pueblo de Valencia al que ibamos en verano, pero del que casi todo se ha borrado de mi memoria.

A veces cuando iba a la escuela, y veia que los abuelos de los demas niños iban a buscarlos, o me preguntaban por los mios, bajaba la cabeza y decia que no tenia, que habian muerto.  Hoy en dia cuando veo algun amigo, algun conocido que aun conserva a alguno de sus mayores se entremezcla en mi cara una mueca de sonrisa y de tristeza, porque ellos pudieron disfrutar largos años, y en el que el conocimiento de que sus abuelos eran quien habian engendrado a sus padres, estaba presente en su conciencia.

La vida es asi. a veces mas larga, a veces mas corta, a veces podemos disfrutar de nuestros seres queridos, a veces no los consideramos tan queridos, pero no podemos negar la consanguiniedad con ellos.

Humano es entristecerse por la perdida de un familiar, ya sea un hermano, un padre, una tia, una abuela, pero deberiamos replantearnos la idea de perdida y conjugarla con la de haber compartido tiempo, espacio, situaciones, ya que el pez que se muerde la cola nos depara lo mismo para nosotros, una breve estancia con nuestros nietos, los cuales tambien se entristeceran cuando nos vayamos.

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